domingo, 13 de febrero de 2011

Oda a mi cama



Uno nunca se levanta con las mismas ganas, con los mismos planes, y hasta aveces.. uno nunca se levanta.
Pero es el momento en que estas solo, vos y tu cama. Esa que te espera siempre, a cualquier hora y no se queja por tu estado. Aveces la encontràs arregladita como para salir a comer, y otras un poco desordenada, pero nunca se niega al ingreso.

Generalmente cuando llegas, ves que quedó del mediodía, tarde, noche anterior, o que es lo màs ràpido de cocinar. Sentado en la cama te proponès a calmar el alboroto interior con un poco de arroz, cubitos saborizados, un poco de condimentos, salsa.. Todo es posible cuando se llega con bajòn. Antes, cuando se vivìa en familia era màs fàcil, si no habìa nada en la heladera, habìa en el horno. Caso contrario en algùn escondite secreto, que nunca fue secreto porque quièn no se acordaba era quien lo guardaba.

Despuès de la "madruguena" parece que te despavilàs, y decìs "me hubiese quedado", porque pensàs que ya estàs diez punto. "Me faltaba comer algo, hoy laburè todo el dìa, por eso estoy muerta", pero te das cuenta que es sàbado. Y te das cuenta que te mira, en silencio, y basta con acercarse a la almohada para saber que es ahì donde querès estar. Es ahi de donde nunca te tendrìas que haber ido. Revuelta o estirada, que mas da, es un lazo que nadie podrà romper.

Pasadas 12 horas, puede ser a la mañana o bien, tarde noche, los telèfonos suenan, los vecinos sacan la basura, algùn perrito casero que grita por ahì. Pero vos estàs en tu iglù de alegrìa. Persianas bajas al punto de no ver que hay sobre la mesa, algo que mueva el aire y pueda eliminar toda sensaciòn de salida anterior. Que lejos està la heladera!. Que hambre y que paja de levantarse y volver a cocinar! ¿porque? si hace 12 horas cocinè en peores condiciones. Pero era ese incentivo, esa sensaciòn de vida o muerte. El pasaje a "los pies en la tierra".

Cuando casi te auntoconvencès, pasas por el baño y desde ahì la miràs... En la penumbra, sola, usada, tìmida. Basta con apagar la luz y hundirse en su interior. Ya no hay hambre, ya no hay ganas de bebidas cola. Estàn pero pueden esperar. A ella no se la hace esperar, no sea cosa que un dìa llegue y ya no estè.

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